Bocadillo de albóndigas
Aunque pueda parecer extraño, a veces me apetece comer algo que no sea pizza.
Pregunté a un amigo y me recomendó el Meatball Grinder (bocadillo de albóndigas) de Pizza Matta, una pizzería del barrio.
La camarera me dijo que el bocadillo tardaría 15 minutos en estar listo. Para la espera me pedí una porción de pizza de pepperoni de las que tenían ya preparadas en el mostrador.
La camarera, asombrada, me dijo: Oh, that's genius!
Ya sé que esto no iba de pizzas hoy. Qué le vamos a hacer.
La pizza me duró dos minutos. Hubiera pedido más de no ser porque me temía que el bocadillo iba a ser gigante.
Al rato llegó.
El bocadillo es tamaño brazo. Este es el plato más grande que tenemos en casa, y que suelo usar para darle la vuelta a la tortilla de patata. El bocadillo rozaba los extremos, amenazando con salirse.
Dentro del bocadillo había cuatro albóndigas del tamaño de la cabeza de un niño. Bien bañadas en salsa de tomate y envueltas en queso. El papel se quedó pegado y acabé haciendo un desastre. Tuve que comerme el bocadillo con cubiertos.
Por $15 me metí entre pecho y espalda un bocadillo de albóndigas de ternera y cerdo, bañadas en tomate San Marzano, con mozzarella fundida y pan casero.
Tengo como asignatura pendiente el poder comerme un bocadillo americano sin montar un espectáculo. Si lo conseguí con los kebab puedo conseguirlo aquí también.